Con la reciente derogación de la Ley de Alquileres mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsado por el presidente Javier Milei, se abren nuevas perspectivas en el mercado inmobiliario para las locaciones. En este escenario, surge una pregunta crucial para aquellos con ahorros o dólares en el colchón: ¿Vuelve a ser propicio invertir en inmuebles destinados al alquiler tradicional?
Expertos reconocen que, a medida que la macroeconomía y los precios se estabilicen, será necesario establecer algún tipo de orden y control. Sin embargo, enfatizan en la actual oportunidad de satisfacer la demanda de viviendas para alquileres, respondiendo a las necesidades tanto de inquilinos como de aquellos con intenciones de alquilar.
Para aquellos con ahorros, volver a contratos de menor plazo presenta un atractivo considerable. Se destaca la atracción hacia proyectos con uso mixto, abarcando tanto la renta a largo plazo como la temporaria.
“Por un lado, se invierte menos dinero para obtener una vivienda cuyo valor probablemente se apreciará cuando la economía revierta la tendencia. Además, la rentabilidad de los alquileres tradicionales podría mejorar en el corto o mediano plazo, haciendo la adquisición de inmuebles una inversión ventajosa”.